Dos y dos son cuatro

Temas acerca de todo lo inentendible y lo entendible

luisatounamuna

martes, mayo 23, 2006

ESTRUCTURALISMO

Advirtiendo que lo hago desde mi nivel de incompetencia, puedo aventurarme a reflexionar sobre el estructuralismo como panacea-martingala aplicable a distintos campos del saber; y, entre ellos, al lenguaje como vehículo de intercomunicación. Por supuesto, es en arquitectura y en las distintas ramas de la ingeniería industrial, donde el papel que la estructura juega en sus construcciones es especialmente relevante. La configuración exterior de entes diversos (su pura apariencia formal) está soportada por una trama estructural básica. Tampoco resulta tan difícil entender que un todo está integrado por partes o elementos; y que en el modo o manera de interrelacionarse esos elementos básicos reside la esencia de la estructura. Si se acepta (como mantienen algunos) que en la estructura está la clave de la realidad de las cosas (seres, objetos o entes conceptuales) se podrá estar de acuerdo en que, para alcanzar la perfección de su conocimiento, lo mejor es liberar esa estructura de la envoltura formal que la solapa; e indagarla en su fondo rompiendo las conexiones de los elementos que integran el todo. En una palabra, deconstruyendo ese todo. (Tal es el modo de actuar del estructuralismo)
En el ejemplo concreto de una obra arquitectónica construída, si no se tienen los planos delante, sólo se podrán indagar los entresijos de su estructura desnudándola de parafernalia; o, lo que es lo mismo, deconstruyendo el edificio. No se puede separar el concepto de estructuralismo del de descomposición o desintegración analítica que supone la deconstrucción. Los arquitectos e ingenieros geniales crean sus obras sobre la base de asociar, componer o solidarizar elementos en un proceder sintético. Y mira tú que vienen los estructuralistas (no se sabe bien con que fin) a decirnos que el secreto de todos los saberes está en la deconstrucción. ¡Pues qué bien!
Hablando siempre desde mi nivel de incompetencia, entiendo que el estructuralismo lingüístico es como un cuento de ciencia-ficción de cuyo prólogo son protagonistas dos argelinos estudiosos (Louis Althusser y Jackes Derrida), un historiador inglés (John Lewis) y el conocido lingüista Ferdinand de Saussure. [Y he de reconocer que casi todo lo poco que sé de este cuento se lo debo al pirateo de las enseñanzas de Francesc Arroyo en un artículo de EL PAIS de no recuerdo cuando (aunque yo lo interpreto y redacto a mi aire)] Fuese como fuese, en los primeros años de la década de los sesenta, las proverbiales peleas dialécticas entre Althusser y Jhon Lewis hicieron que éste formulara su famosa frase:”La historia es un proceso sin sujeto ni fines”. Una declaración que, puede decirse, es la madre del cordero del estructuralismo como teoría del lenguaje. O, por precisar más, de una modalidad de lenguaje cuya conclusión final es la "negación del sujeto en la estructura sintáctica". Aunque hubo que esperar algún tiempo hasta que Saussurre propusiera explícitamente la teoría en su Curso de lingüística general [paradójica y sorprendentemente “un libro sin autor” en cuanto a que fue redactado sobre la base de los apuntes que tomaron al profesor sus discípulos] Y no fue sino al final de la década de los sesenta (concretamente en mayo de 1968 -punto de partida de la postmodernidad-) cuando Derrida pormenorizó la teoría del "lenguaje sin sujeto" a la que calificó de estructuralismo.
Pero ocurre que la deconstrucción estructuralista conduce inevitablemente a su acercamiento a dos campos, entre sí incasables, cuyo destino final es igualmente deletéreo: la esquizofrenia y la abstracción. Como el lenguaje del arte abstracto, el estructuralista termina siendo arreferencial; o, en otras palabras, no significativo, babélico, caótico…; esquizoide hasta el punto de hacerse inentendible y, por lo tanto, de perder su función primordial como herramienta intercomunicadora. La deconstrucción sintáctica lleva al fracaso de la comprensión textual. [No pasa aquí lo que con la abstracción matemática , cuando el paso de la aritmética al álgebra, en lo que tiene de generalizador, es enormemente positivo. Se parece más a lo que ocurre con el arte abstracto]
El lenguaje (cualquier tipo de lenguaje) es ya en sí un recurso expresivo codificado; una artimaña cuyo entendimiento es sólo posible si se conocen sus códigos significativos. En todo sintagma, cada una de las teselas que configuran la estructura juega su propio y genuino papel. Empezando por el sujeto (aunque sea elíptico). No hay estructura lingüística sin teselas. Si, al deconstruír, se omiten en un relato elementos primordiales (dejando la estructura al desnudo) ocurre lo que con la poesía abstracta: que no la entiende ni el autor de los versos.
[Un más reciente y argumentado punto de vista sobre la cuestión se puede encontrar en la obra Imposturas intelectuales, de Alan Sokal y Jean Bricmon, Paidos 1999; información que tengo que agradecer a mi hijo Enrique, filólogo versado, que acostumbra a aconsejar desde su nivel de competencia]

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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3:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me podrias contestar a una pregunta?--> ¿Qué criterio establece los dos tipos de estructuralismo que se conocen?

2:24 p. m.  

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